Crítica: En Muerte Infinita se exploran las identidades, la realidad y la violencia
En los últimos meses, el término “nepo babies” ha sido fuertemente sonado y debatido en internet. El trabajo de varias celebridades en el cine se cuestiona constantemente, principalmente si el éxito de estas personas es por nepotismo o meritocracia. Los créditos de Muerte Infinita incluyen dos apellidos populares en la industria. Brandon Cronenberg dirigiendo y Alexander Skarsgård protagonizando.
El trabajo de Brandon Cronenberg naturalmente tiene influencia de las películas de su padre, David Cronenberg, pero ha demostrado tener un acercamiento diferente al cuerpo humano, la moralidad, sexualidad y colectividad. Skarsgård, por otro lado, tiene una filmografía variada (al igual que su padre), películas taquilleras más convencionales, proyectos independientes y participación en series de televisión.
¿De qué trata Muerte Infinita?
James (Alexander Skarsgård) es un escritor poco reconocido, años atrás publicó un único libro y no ha escrito desde entonces, se casó con Em (Cleopatra Coleman), una mujer adinerada y están de “vacaciones” en una isla ficticia llamada Li Tolqa, un lugar paradisiaco para turísticas, pero con problemas económicos y sociales para la gente local. James busca inspiración para su siguiente obra, pero parece que sigue sin lograr nada, pronto conocen a los Bauer (Mia Goth y Jalil Lespert), que los involucran en el secreto principal de la película.
En Muerte Infinita se exploran las identidades, la realidad, violencia, autodestrucción y se pregunta constantemente ¿Qué nos hace personas? Cronenberg pone a sus personajes en situaciones de elección y cada uno experimenta las consecuencias de diferente manera (si es que para algunos hay “consecuencias”).
Muerte Infinita permite brillar a sus actores en situaciones muy descabelladas
El estatus económico de los personajes influye mucho la dirección que toma la película, no hay gran sátira, pero las imágenes gráficas y la violencia puede hacerlo parecer más elevado de lo que en realidad es. Los actores hacen un trabajo de transformación mental, están en un estado y poco a poco se van transformando, algunos escalan y otros simplemente explotan en sus “verdaderas personas” conforme avanza la película.
Mia Goth tuvo un gran año en 2022, protagonizó las más recientes películas de Ti West “X” y “Pearl”, la última de la trilogía está a punto de filmarse. Ambas películas de presupuesto modesto, pero con un buen número de seguidores, principalmente en internet, fueron parte de la conversación todo el año. Estas dos películas son parte de una larga lista que ha posicionado a Goth como una actriz destacada en el horror, Muerte Infinita no es la excepción, Goth tiene gran presencia en todas las escenas.
Brandon Cronenberg plantea varias preguntas que parece no querer responder completamente, ya sea para abrir la conversación con el público, pero a ratos parece que no las considera relevantes para profundizar o simplemente las olvida. Los temas son interesantes, pero el espectador puede quedarse con ganas de seguir explorándolos, pero la película se sigue y jamás regresa. Vale la pena ver la película con la menor información de la trama principal.