Crítica: Nope de Jordan Peele es la película del año
(Nope de Jordan Peele, 2022)
La evolución de Jordan Peele como cineasta es algo que ha sido algo grato de ver. Su ópera prima de 2017, Get Out!, es una historia de éxito como pocas y la de Nope se está escribiendo en estos momentos.
Hecha con un presupuesto minúsculo (para los estándares de Hollywood), la película recaudo cientos de millones de dólares alrededor del mundo, recibió elogios casi unánimes de la crítica y múltiples nominaciones a algunas de las categorías más importantes del Oscar (incluyendo una estatuilla por mejor guion original). Estos reconocimientos le otorgaron a Peele una libertad con la que pocos cineastas de estudio gozan.
La evolución de Jordan Peele
En vez de la complacencia, Peele optó por seguir desarrollando su distintiva mezcla de comentario social con suspenso. US, estrenada en 2019 y hecha con un presupuesto mayor, pero todavía modesto, guardaba suficiente en común con Get Out! Para sugerir preocupaciones autorales–las relaciones raciales en Estados Unidos, en particular una actitud escéptica al mito de la clase media y la integración–al mismo tiempo que usaba un lienzo más grande para contar una historia más inusual y atrevida (la opinión popular parece decir que Get Out! Es la mejor de las dos, aunque Us es quizá una obra más reveladora).
Un factor que contribuye al éxito de Peele es que sus obsesiones resultan particularmente rentables y no del todo extrañas para los grandes estudios. Get Out! y US están claramente enmarcadas en el suspenso y el terror; este último requiere una inversión relativamente mínima y que rara vez pierde dinero. El que Get Out! Sea una película tan accesible para nada demerita sus logros; es más, resulta impresionante cómo Peele logra una película con ideas claras y comentario social incisivo, al mismo tiempo que ofrece sustos y sorpresas (hasta risas) suficientes para convertirla en uno de los ejemplos mejor logrados en la historia reciente del género.
Estas tendencias encuentran su mayor expresión (hasta la fecha) en su tercera película como director, NOPE.
Peele sigue operando como un hábil técnico del terror, aunque ahora en el contexto de una historia de ciencia ficción sobre encuentros extraterrestres, en un ambiente inspirado en la mitología del western. Parte de estos géneros para de nuevo hacer un análisis potente sobre la sociedad estadounidense: su fascinación con el espectáculo, sobre todo cuando este nace de la tragedia. Y lo presenta de forma oblicua, alentando la intriga y la incertidumbre, apto para una historia sobre enfrentarse a lo inexplicable y lo desconocido.
¿De qué trata NOPE?
NOPE reúne de nuevo a Peele con Daniel Kaluuya, la estrella de Get Out!, quien interpreta a Otis Haywood Jr., un entrenador de caballos de Hollywood. Otis Jr. y su hermana Em (Keke Palmer) heredan el rancho de su padre Otis Sr. (Keith David) después de que este fallece por una moneda que cae del cielo, precisamente sobre su ojo. Es uno de los primeros detalles simbólicos que llenan el guion de Peele–una muerte que viene de arriba aparece poco después de una cita bíblica, específicamente del libro de Nahúm. Y Otis Jr. recibe el apodo de “OJ”, un guiño al mediático caso del homicidio de Nicole Brown Simpson por su esposo OJ Simpson (infame ejemplo de una tragedia que se convirtió en entretenimiento).
Pero la alusión que recibe más énfasis es al trabajo de Eadward Muybridge, pionero en el uso de la fotografía para estudiar el movimiento. OJ y Em dicen ser descendientes directos de los jinetes que aparece en una de sus series, de los primeros ejemplos de imágenes en secuencia ensambladas para simular el movimiento (las primeras películas, de alguna manera). Referir a los orígenes del cine, recuerda cómo esta tecnología hizo posible la obsesión con la imagen y la mediatización que caracterizan la sociedad actual. Por otro lado, OJ y Em (los principales personajes negros) son asociados por parentesco a una historia que demuestra el poder de quien crea la imagen sobre quién es representado en ella. Muybridge es un emblema del pre-cine, el jinete es prácticamente olvidado.
Nope está fascinada con el espectáculo y la forma en que ha evolucionado a lo largo del siglo XX. No por nada OJ y Em laboran en el medio del cine y tienen como vecino a Jupe Park (Steven Yeun), una exestrella infantil que ha utilizado su fama para montar un show ranchero con todo y un parque temático basado en el viejo oeste. El mayor talento de Jupe es precisamente el de convertir la tragedia en imágenes para el consumo de otros. Recontando un evento particularmente traumático, Jupe prefiere citar el sketch de Saturday Night Live basado en él. Es este don para la manipulación lo que explica sus diferentes fortunas. Para mantener el negocio familiar a flote, OJ debe venderle sus caballos a Jupe. Em ve una oportunidad en la producción de su propio amarillismo. Cuando ven un OVNI sobre su rancho, los dos hermanos deciden capturarlo en video y venderlo al mejor postor.
NOPE es una película llena de referencias inteligentes
El OVNI despierta la atención de otros curiosos: Angel (Brandon Perea), un empleado de una tienda de electrónicos que les vende y les ayuda a instalar sus cámaras de seguridad; también Antlers Holst (Michael Wincott), un excéntrico y reconocido director de fotografía fascinado por lo extraordinario. La película nos hace partícipes de esa misma curiosidad, con una atmósfera que alude a Encuentros cercanos del tercer tipo de Steven Spielberg (ese gran creador estadounidense de espectáculos cinematográfico). Secuencias clave usan tomas que se mantienen estáticas y prolongadas, aprovechando su mayor potencial para el suspenso. Y Hoyte Van Hoytema, con la majestuosidad que uno esperaría del director de fotografía de 007: Spectre y Dunkirk mantiene el OVNI hábilmente oculto por mucho de su duración, sugiriendo su presencia y forma verdadera con movimientos de sombras.
Es un enfoque que se extiende a su misma historia, que se mantiene opaca por mucho de su duración. Flashbacks, que aparecen con poco contexto o explicación, son intercalados con el avance lineal de su trama principal. El flujo es frecuentemente interrumpido por abruptos cortes a negro y títulos con los nombres de los caballos del rancho de los Haywood. Esto último pudiera no añadir mucho, pero no se siente fuera de lugar en una película interesada en el comportamiento de los animales y nuestra relación, típicamente de explotación, con ellos.
Jordan Peele ha hecho la película de terror del año
NOPE entonces continúa esas preocupaciones de Jordan Peele por las relaciones desiguales, expandiéndolas con un énfasis en la mirada (metáfora que se vuelve clara entre más sabemos cómo operan sus presuntos extraterrestres). Get Out parecía jugar con el cliché de que los personajes negros siempre son los primeros en morir en una película de terror, argumentando que aquello que experimentan los mantiene más alertas a los peligros. Ese sentirse observado y ante peligro inminente vuelven a aparecer en NOPE. Y de nuevo, las diferentes actitudes que adoptan sus personajes negros y sus personajes blancos llaman la atención. La violencia tiene un atractivo voyerista para aquel que no la ha vivido directamente–la frase “Nope” aparece precisamente cuando en sus personajes brota la idea de acercarse al peligro, antes de reconsiderar.
Nope es una tensa, emocionante y excéntrica película de ciencia ficción en la que Peele continúa expandiendo lo que puede hacer. Rica en significado y precisa en sus intenciones, pero siempre con un ojo a cómo remezclarlas y presentarlas de nuevas formas. Sus personajes no siempre son simpáticos (Kaluuya interpreta a OJ como casi catatónico) pero siempre hay algo en ellos que nos atrapa (es un equilibrio perfecto a la enérgica actuación de Palmer). Todo al mismo tiempo que muestra un dominio al momento de provocar las emociones que uno espera del buen cine comercial de Hollywood. Lo que encontré más emocionante fue la posibilidad de que todavía no hayamos visto la mejor película de Peele.