Crítica: ‘Saturday Night’, un enredo con buenas intenciones #FICM2024
Uno de los programas de televisión con mayor duración en toda la historia es Saturday Night Live; originado en Nueva York, Estados Unidos, es un programa de sketches que también funciona como late-night show, en donde incontables creativos han subido y bajado del escenario, desde actores, músicos, guionistas y directores. Casi llegando a su aniversario 50, Jason Reitman nos regresa a 1975 con Saturday Night, una recreación de la hora y media previa a la primera transmisión del programa. Tiene un reparto coral compuesto por Gabriel LaBelle, Rachel Sennott, Cory Michael Smith, Ella Hunt, Dylan O’Brien, Lamorne Morris, Matt Wood, Nicholas Braun, Cooper Hoffman, Willem Dafoe y J. K. Simmons.
¿De qué va Saturday Night?
Lorne Michaels (LaBelle) es un escritor de comedia que, junto a Dick Ebersol (Hoffman) crean dicho programa para la NBC: en varias partes de la película, Lorne —quien también orquestará el show— menciona que será “una revolución”, algo fresco para la nueva generación, pero no es algo que sea del agrado de los ejecutivos y altos mandos. Uno de ellos, David Tebet (Dafoe) estará supervisando parte de la producción y lo único que presenciará son peleas entre miembros del elenco, errores técnicos y un mar de gente que no tiene idea de qué hacer. Si acaso no has visto algún episodio de SNL, se caracterizan por ser explosivos, irreverentes e impredecibles: bueno, eso es la cinta.
El inicio causa un poco de conflicto, pues como espectador se te avienta a la guarida del tigre: escuchas una cacofonía incesante de un mar de personas y deambulas por los pasillos del estudio, esperando a que lo que podrá salir mal, saldrá peor. La cámara funciona para posicionar a la audiencia como un observador invisible, husmeando incluso en lugares que no deberíamos estar; Reitman también ha comentado que se les puso un micrófono a todos los actores y extras para eliminar cualquier silencio, aunque a veces es un problema, considerando que quieres escuchar la conversación principal de la escena pero te puedes distraer por lo que está como segundo plano.
La película tambalea en varias ocasiones
También es un poco desorientador la cantidad de personajes que salen a pantalla: pude identificar a ciertos comediantes como Dan Aykroyd, John Belushi, Chevy Chase y Gilda Radner, no a todos porque no estoy familiarizada con Saturday Night Live, y tal vez sea un problema para una audiencia no estadounidense. El guion de Reitman y Gil Kenan (Ghostbusters: Afterlife) trata de convencerte que sí habla de un programa importante por medio de una historia sobre rebeldes y rechazados, el grupo de personas que quieres ver triunfar a pesar de los obstáculos. Y no te vas con las manos vacías, hay escenas estupendas por la enorme química entre los actores, además que diferentes subtramas que les dan identidad a cada miembro del programa, pero en ocasiones no es algo que haga perfecto.
Al ser un thriller cómico, una combinación extraña de géneros, Saturday Night tiene como objetivo transmitir la tensión y ansiedad que los personajes sentían momentos previos a la transmisión. Esto sí funciona por sus tomas continuas, además de su departamento sonoro con la inclusión de frecuentes incidentales, como el sonido de un reloj o la construcción de un piso con blocks, y, lo más importante, el score de Jon Batiste (Soul) inclinado al jazz. Aunque el uso de dicha música es parecido a lo que hizo Birdman, es una técnica comprobable para crear tensión.
Saturday Night tiene fallas y aciertos, se le recalca un buen manejo técnico y completamente coreografiado con los movimientos casi impecables de todos los actores frente a cámara, además de una historia que, si la aceptamos como la importancia de lo que ofrecen las nuevas generaciones, llega a agradar incluso a la gente que no suele ver el programa pináculo de la comedia estadounidense.
‘Saturday Night’ formó parte del Festival Internacional de Cine de Morelia 2024.