Kim Torres presenta su cortometraje Luz Nocturna en FICM
Kim Torres presentará su multipremiado cortometraje “Luz nocturna” en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Es importante recalcar que este corto se estrenó en la selección oficial de cortometrajes de la 75 edición del Festival de Cannes en 2022, convirtiéndose en el primer filme costarricense en competir por la Palma de Oro.
En exclusiva tuvimos la oportunidad de hablar con Kim Torres sobre este proyecto y sobre su opinión sobre el panorama actual del cine.
CW: Hola Kim, Vi Luz nocturna y era también de mis esperadas porque yo ya confiaba en tu trabajo, con lo que vi tu primer cortometraje Atrapaluz me encantó, entonces dije “va a estar aquí de nuevo”. Menciono también Atrapaluz con estas preguntas porque estoy notando cierto patrón en tus historias, por qué quiero preguntar ¿Por qué contar historias de adolescencias? ¿Por qué contar coming of age?
Kim Torres: Yo creo que para empezar me gustan mucho los coming of age. Pienso que el género en sí me gusta mucho. Pero también algo que de pronto también pienso, no sé, no estoy tan segura de que puede ser también porque mi edad, ahorita, tengo 29 y como un poco la única etapa en mi vida a la que puedo ver hacia atrás con cierta distancia es un poco como a esta edad de la adolescencia. Digo, que un coming of age puede ser a cualquier edad, no tiene que ser en la adolescencia, pero opino que un poco me ha nacido porque también mi película en la que estoy trabajando, mi largometraje, también es un coming of age, y los tres son muy distintos.
CW: Siento que la historia la puedo manejar de diferentes maneras, diferentes perspectivas y es lo chido del cine, que te da diferentes puntos de vista según como lo mires y aquí además del coming of age está la responsabilidad de cuidar, lo puedo traducir más bien a maternidad, ¿podría ser? ¿Qué piensas? ¿Cómo quisiste manejar la maternidad en este cortometraje?
KT: Justo es un tema que fue fuente importante para hacer el corto, de alguna manera siento que de pronto es un poco enredado en las ideas, pero que siento que para mí era importante cuestionar el rol de la madre en general y de la maternidad y del cuidado, un poco esta madre ausente que al estar literal tan ausente genera una presencia siento yo a través de la historia.
Para mí era tratar de comprender el peso de la maternidad. Por un lado, es esta madre que tiene su vida, que quiere hacer otras cosas y que decide hacerlas, aunque eso implique algo muy difícil para sus hijos y especialmente para la mayor que es la que le toca cargar este rol de la maternidad no deseada.
Es muy delicado porque también es una cosa ahí sobre el abandono, gente que no se puede cuidar sola, niños que sí necesitan de alguien que los cuide, etc. pero no quise irme tanto a la tragedia del asunto, sino también ver qué pasa con esta familia con un evento tan fuerte, qué pasa con estos hermanos que pueden acompañar y para mí es importante pensar que las cosas de alguna manera saldrán bien.
Hay una cosa entre los tres, hay una complicidad, hay muchas preguntas, no sabemos bien qué va a pasar con ellos, pero de alguna manera yo siento que van a estar bien. De alguna manera hay una conexión y una complicidad, una resiliencia y un calorcito y una calidez ahí dentro de la casa y entre ellos que para mí es que todo va a estar bien dentro de todo, porque van a superar esto también.
CW: . Ahorita que estabas hablando de estos tres hermanos, tengo entendido que son hermanos en la vida real. ¿Cómo estuvo eso? ¿Cómo los conociste, cómo llegaste a ellos?
KT: Está chistoso porque los dos pequeños son mis primos, pero la más grande es una chica que conocimos a través de un proceso de casting en el pueblo, pero también tiene los mismos apellidos. Grabamos el cortometraje en Quepos, que es en el Pacífico central, que es donde vivía mi mamá y vivía mi familia materna. Yo nunca había trabajado con niños y tomé la decisión de trabajar también con mis primos partiendo de que ya había una complicidad con ellos, me sentí más cobijada de trabajar con ellos por primera vez trabajando con niños.
CW: Luz nocturna es una historia que se cuenta, ocasionalmente en algunos momentos, onírico. También creo que pasaba mucho con Atrapaluz, con los efectos. ¿Por qué te gusta recurrir a este recurso?
KT: No lo tengo tan claro, siento que es algo como que ha sido un proceso también con la fotógrafa Mel Nocetti porque de pronto nos gusta un poco jugar con la imagen, distorsionarla un poco de manera práctica, con filtros, con nuestro sudor de la frente, lo embarramos en el lente. Hay una cosa lúdica del filmar y de jugar con las texturas y de pronto nos gusta la foto fija y hay ciertas cosas.
Por ejemplo, en Luz nocturna, toda esa parte al inicio y al final que son a menos cuadros, todo partió de unas fotos que nos gustan mucho de un fotógrafo ruso. Eran fotos con exposición más larga, en blanco y negro, sobreexpuestas, cosas así. Nos gustó mucho la sensación de un sueño. Se sentía más como un sueño e inicialmente era como un sueño en el guion. Después se volvió más como una fábula, como un mito, como un cuento que les cuenta la hermana.
Es cómo la magia puede ser muy sencilla también, sin efectos especiales, sin cosas tan complejas, sino encontrar lo mágico dentro del mismo lenguaje y la historia de manera sutil, la verdad me divierte mucho y me gusta la sensación que me da. De alguna manera a veces siento que esas cosas más mágicas fuera de la realidad se acercan más a ciertas cosas de la realidad que las cosas tan reales. Tal vez para llegar a algo muy básico y muy concreto, a veces hay que verlo con otro lente para sentir lo más cercano a esa realidad que quisiera contar.
CW: Ya para terminar quería preguntarte ¿cómo estuvo Cannes? ¿Cómo estuvo la recepción, hablando de que es un público muy diferente?
KT: Fue muy abrumadora la experiencia también, son muchas cosas pasando, mucha industria y la experiencia muy intensa, conoces muchas personas y tienes muchas reuniones de muchas cosas. Pero lo más lindo para mí fue ver los cortos en la pantalla, era la sala Debussy que, cuenta la leyenda, cuentan los proyeccionistas, que fue la sala favorita de Godard.
Me siento muy agradecida y honrada con la experiencia, es lindo que una institución tan grande valide tu trabajo de esa manera, claro te abre puertas y un montón de cosas, pero también es que siento que es un mundo muy complejo, el de los festivales, hay muchos factores, hay muchos cortos que quedaron fuera que estaban excelentes, hay muchas cosas que pueden pasar en el medio que no significa “ah, ya lo tenemos todo resuelto”. Qué bueno que pudimos hacer un poco lo que quisimos.