Reseña: Bodies Bodies Bodies es una película de terror de A24 que no convence
Bodies Bodies Bodies tiene, en concepto, mucho a su favor. Es una película de terror reducida a sus elementos más simples: jóvenes en una casa aislada y el peligro de un asesino que los acecha. Añádasele a esto una trama de misterio: el asesino no es alguien de fuera, sino que se encuentra potencialmente entre ellos; a través de pistas y la cuidadosa observación de sus comportamientos y personajes, deben averiguar de quién se trata antes de que sea demasiado tarde. Y por último, un intento de burla o comentario de la juventud actual, particularmente de las clases acomodadas y obsesionadas con las redes sociales.
¿De qué trata Bodies Bodies Bodies?
La historia empieza cuando Sophie (Amandla Stenberg) invita a su nueva novia Bee (Maria Bakalova) a una mansión retirada mansión donde su mejor amigo David (Pete Davidson) organiza una fiesta. Ahí también están la novia de David, Emma (Chase Sui Wonders), Alice (Rachel Sennott) y su novio cuarentón Greg (Lee Pace) y Jordan (Myha’la Herrold). Bee se siente un poco fuera de lugar entre tantas personas ricas y frívolas a les que siente que, por Sophie, les tiene que caer bien. El primer síntoma de su frivolidad es el motivo mismo de la fiesta. Un huracán está pronosticado para esa noche, cosa que, en lugar de asustarlos, solo los emociona más.
Para pasar el rato hay alcohol y cocaína. Más tarde en la noche, Sophie sugiere jugar un juego: con todas las luces apagadas, uno de ellos hace el papel de un asesino y “mata” a otro; el resto debe averiguar quién de ellos se trata. Algunos se resisten al principio, pues en ocasiones anteriores el juego ha terminado en pleitos. Pero el conflicto se sale realmente de control cuando, después de la primera ronda, uno de ellos termina herido mortalmente de un espadazo al cuello.
Bodies Bodies Bodies no aprovecha las referencias en su guion
El planteamiento es prometedor porque una vez que hay la sospecha de un asesino, cualquier chisme o pleito pasado se convierte en un motivo plausible. La incertidumbre crece y con ella, la sensación de peligro. Celos, envidia o un enamoramiento no correspondido podrían haber resultado en el asesinato.
El pánico, la droga, y la amenaza del huracán (que igualmente plantea una excelente excusa para sortear una de las incongruencias que más despiertan quejas en películas de terror: no pueden simplemente marcar por teléfono y pedir ayuda porque se ha cortado la señal), los llevan a tomar decisiones desesperadas. Extrañas alianzas se forman (Alice, por ejemplo, defiende a su novio de dos semanas ante sus amigas de años) y los extremos a los que llegan por defenderse solo empeoran la situación.
La película exige un estilo tan ridículo como su premisa
Bodies Bodies Bodies adopta un artilugio visual algo atrevido. Una vez que las luces se van dentro de la casa, la única iluminación parece provenir de las lámparas que los personajes tienen a la mano, sean las de sus teléfonos celulares o de aquellas que apartaron para el juego. La directora Halina Reijn y el cinefotógrafo Jasper Wolf se divierten ocasionalmente con los destellos de luz creados en el lente y poniendo a Alice en brazaletes neón. Pero es algo que agrega poco o nada a su atmósfera, tanto de horror como de comedia. No añade realismo y si lo hiciera se sentiría fuera de lugar. La película exige un estilo tan ridículo como su premisa.
No hay mucho que ayude a sentir que lo que pasa en realidad importa. Los personajes, aunque interpretados con energía por actores que claramente disfrutan la estupidez de sus personajes, están escritos de manera tan superficial por el guion de Sarah DeLappe (basado en uno previo de Kristen Roupenian).
Están diseñados para ser enfadosos (para que la idea de sus muertes sea tan entretenida como aterradora) pero lo son de la misma manera monótona, no hay matices o diferentes sabores a su estupidez. Odiarlos nunca es tan divertido como podría ser. Detalles que podrían aterrizar sus personalidades un poco, como el trasfondo de Bee en una familia pobre y sus engaños para tratar encajar, aparecen de manera tan apurada que apenas tienen oportunidad de causar una impresión.
En conclusión…
A la burla de Bodies Bodies Bodies le falta filo. Busca señalar las hipocresías de jóvenes cuyos estilos de vida, amistades y valores parecen impecables a primera vista, en sus perfiles de redes sociales. Pero apenas encuentra risas aisladas en repetir las mismas palabras que ellos. Confía en que conocer términos popularizados por el internet y hacer que personas de carne y hueso los repitan es suficiente sustancia o diversión.
La película no necesitaba ser más profunda solo porque sí, necesitaba ser más profunda para ser verdaderamente graciosa o aterradora. Su final, un giro de esos que quizá no nos pasa por la mente, pero que explica tanto y añade tanto a la experiencia, pertenece a una historia mucho más inteligente y divertida. Casi es razón suficiente para verla. Es un ingenioso remate, pero el preludio del chiste se antoja muy largo.