Tótem es el cine mexicano que queremos ver #FICM2023
Tótem, de Lila Avilés, es una película de una potente, incómoda e íntima. Su capacidad devastadora se debe parcialmente a la forma en que combina el punto de vista infantil con una tragedia por venir.
Sol, una niña de siete años, llega con su madre a casa de sus abuelos, donde habrán de celebrar el cumpleaños de su padre, quien está enfermo de cáncer. Sol está vagamente consciente de esto. Cuando su madre le dice que pida un deseo, ella pide que su padre no se muera.
Aunque concentrada en la fiesta, hay distintas líneas de acción y dramas personales entre los miembros de la familia, pero nunca un único conflicto claramente articulado (en muchas películas, esto es una virtud y no un problema y Tótem no es la excepción).
La casa, un lugar separado del tiempo presente como lo suelen ser las casas de los abuelos, adquiere distintos niveles: el bullicio de la fiesta en el patio, las distintas discusiones en el interior de la casa, y el cuarto del padre enfermo, visiblemente sufriendo de dolor, pero esforzándose por guardar las apariencias, particularmente por el bien su hija pequeña.
Filmada en el formato de la Academia (con una pantalla casi cuadrada), con cámara en mano, prefiriendo seguir a los personajes en lugar de cortar entre ellos, Tótem busca recrear la intimidad creada por una película casera.
Cuida que cada personaje hable de manera natural y espontánea. Que sintamos que, como espectadores inmersos en la cotidianidad mexicana, reconozcamos a cada uno de ellos–quizá el personaje más real y más divertido ni siquiera tiene que ver con la familia: es la mujer que contratan para hacer una limpia.
Tótem es una película sobre ese momento de la vida en el que decimos que todo cambió, aun si al vivirlo no nos damos cuenta de su importancia. Notamos que hay algo fuera de lugar, pero solo el tiempo nos dice exactamente qué.
Si la película se siente difusa y desorientadora es quizá porque se mantiene anclada a ese punto de vista infantil. El juego y la curiosidad juegan un papel: Sol le hace preguntas existenciales a su teléfono, la vemos espiando las conversaciones de sus parientes y puede animar cualquier conversación con datos sobre animales.
Las vidas de los adultos que la rodean se difuminan. Pero ocurrencias, imágenes y sensaciones se graban en la mente.
Si algo me impide amarla por completo es que la película parece más interesada en recrear estos momentos, en lugar de construir algo nuevo a partir de ellos. Tiene una riqueza de personajes y experiencias que parecen prestados del vivir nuestro. Pero sentimos que tuvimos la oportunidad de vivirlos de nuevo, no de pensarlos de manera diferente.